NUTRICIÓN
Para las
personas con Esclerosis Múltiple, la alimentación constituye un tema de
especial importancia. En el pasado se atribuyó a ciertos regímenes o ciertos
alimentos un poder curativo para esta enfermedad. Actualmente se considera que
el mejor régimen consiste en una alimentación variada y equilibrada, la misma
que para cualquier persona no afectada de E.M.
Existen sin
embargo, indicios de ciertos trabajos de experimentación que demuestran un
efecto positivo del aceite de girasol y del aceite de onagra en el desarrollo
de la enfermedad. Estos aceites, en la dosis adecuada (2 cucharaditas/día,
comprimidos/día) no tienen ningún efecto secundario negativo sobre el
organismo. El consumo de estos aceites puede ser, por tanto, adecuado, sin que
tengamos por el momento más información sobre su efecto terapéutico.
Las
personas con EM deberán evitar el sobrepeso y el estreñimiento, dos factores
que pueden ser causa de importantes trastornos de la enfermedad.
LOS ALIMENTOS
Contienen una serie de elementos que son básicos para la
vida.
- Hidratos de carbono: Una alimentación correcta ha
de contener un 60%. Los cereales, el pan, la pasta, las patatas y el arroz son
ricos en féculas y son la principal fuente de hidratos de carbono. Los
alimentos ricos en féculas sacian más que los que contienen una elevada
concentración de grasas. El azúcar también aporta hidratos de carbono, pero no
contiene fibra ni ningún otro nutriente útil.
- Fibra: Es básica en una dieta saludable.
Podemos distinguir entre fibra soluble e insoluble. La fibra soluble se
encuentra en las verduras, frutas, legumbres y frutos secos, mientras que la
fibra insoluble se encuentra en los cereales y granos no refinados. La fibra
insoluble acelera el tránsito intestinal y ayuda a prevenir el estreñimiento.
- Proteínas: Nuestro cuerpo necesita entre un 10
y un 15% de proteínas cada día. Participan en la formación y reparación de las
células y también contribuyen a la producción de hormonas y enzimas. Los
alimentos nos aportan los aminoácidos esenciales que son los ingredientes
imprescindibles para la formación de las proteínas. Se encuentran en cualquier
alimento de origen animal: carne, pescado, marisco, leche y huevos. Algunos
vegetales como frutos secos, legumbres y cereales también nos aportan una amplia
variedad de aminoácidos.
- Vitaminas y minerales: Nuestro
organismo necesita un 10% de vitaminas y sales minerales procedentes de la
alimentación diaria. Se encuentran en todos los alimentos pero predominan en
las frutas, verduras y hortalizas frescas.
- Grasas: Sin las gasas nuestro organismo no
sería capaz de absorber las vitaminas A, D, K y E. Existen dos tipos de ácidos
grasos: saturados e insaturados. Las grasas animales
aportan más ácidos grasos saturados, factor de riesgo en las enfermedades
cardivasculares y en ciertos tipos de
cáncer. Las grasas vegetales aportan más ácidos grasos insaturados que tienen un efecto de protección del sistema cardiovascular.
RECOMENDACIONES
Hidratos de carbono y fibra:
- Disminuir el consumo de azúcar
- Aumentar el consumo de pan, patatas,
legumbres, arroz y cereales integrales.
Proteínas:
- Consumo moderado de carne y sus
derivados
- No abusar del consumo de leche y
derivados que son ricos en grasas.
Vitaminas y minerales:
- Disminuir el consumo de sal en las
comidas
- Aumentar el consumo de frutas y
verduras crudas
- Evitar el consumo de tabaco y de
alcohol que aumentan la necesidad de vitaminas
- Se pueden aportar suplementos de
vitaminas.
Grasas:
- Moderar el consumo de grasas
- Sustituir las grasas de origen animal
por las de origen vegetal
- Utilizar para cocinar aceite de
oliva, constituido por ácidos grasos monoinsaturados
- Evitar el consumo de margarinas,
grasas vegetales tratadas de forma industrial
- El aceite de girasol, el aceite de
onagra y la lecitina de soja son fuentes de ácidos grasos poliinsaturados.
Forma de preparación de los alimentos:
- No cortar la fruta, las verduras ni
las hortalizas hasta poco antes de la cocción, puesto que el aire, la luz y el
calor hace que pierdan nutrientes a causa de la oxidación.
- La conservación de los alimentos
triturados tampoco es aconsejable desde el punto de vista de la nutrición. Este
proceso hace que se libere un enzima que destruye la vitamina C. Una forma de
paliar este efecto es añadir a los alimentos triturados zumo de limón o de
naranja y taparlos herméticamente para evitar el contacto con el aire y la luz.
- La cocción elimina buena parte de los
nutrientes de frutas, verduras y hortalizas. Procurar limitar al máximo la
duración del proceso. Dejar que el agua hierva antes de añadir los alimentos y
tapar la cazuela para evitar la salida de vapor.
- Una manera de aprovechar los
nutrientes que se pierden es recuperar el agua de cocción en caldos.
- Es preferible no salar el agua de
cocción, ya que la sal facilita que los alimentos pierdan líquido y nutrientes.
- Cocinar en cazuelas de fondo
antiadherente, necesitan menos aceite para la cocción.
Tener en cuenta:
- Nutrición adecuada:
1. Mantener el peso dentro de los
niveles aceptados según su altura y anatomía.
2. Evitar el sobrepeso, sobre todo en
pacientes con dificultades al andar.
- Evitar el estreñimiento:
1. Ingesta de líquidos adecuada
2. Tomar salvado integral, frutas y
verduras cocidas, pan integral y zumo de ciruelas pasas.
- Evitar infecciones del tracto
urinario: se recomienda aumentar la acidez de la orina, ya que disminuye el
riesgo de infección. El zumo de arándanos y ciruelas pasas favorece esta
acidez, mientras que el zumo de tomate, pomelo o naranja tiene el efecto
inverso, alcaliniza la orina y se deben tomar en cantidades reducidas.
- Disminuir el consumo de azúcar y de
productos azucarados.
- Rehabilitar el consumo de pan,
patatas, legumbres secas, arroz y mezclas de cereales ya que son fuente de
energía, vitaminas, minerales y fibras.
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