sábado, 6 de abril de 2013

ENFERMERA EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE. NUTRICIÓN.



NUTRICIÓN

Para las personas con Esclerosis Múltiple, la alimentación constituye un tema de especial importancia. En el pasado se atribuyó a ciertos regímenes o ciertos alimentos un poder curativo para esta enfermedad. Actualmente se considera que el mejor régimen consiste en una alimentación variada y equilibrada, la misma que para cualquier persona no afectada de E.M.
Existen sin embargo, indicios de ciertos trabajos de experimentación que demuestran un efecto positivo del aceite de girasol y del aceite de onagra en el desarrollo de la enfermedad. Estos aceites, en la dosis adecuada (2 cucharaditas/día, comprimidos/día) no tienen ningún efecto secundario negativo sobre el organismo. El consumo de estos aceites puede ser, por tanto, adecuado, sin que tengamos por el momento más información sobre su efecto terapéutico.
Las personas con EM deberán evitar el sobrepeso y el estreñimiento, dos factores que pueden ser causa de importantes trastornos de la enfermedad.

LOS ALIMENTOS
            Contienen una serie de elementos que son básicos para la vida.
- Hidratos de carbono: Una alimentación correcta ha de contener un 60%. Los cereales, el pan, la pasta, las patatas y el arroz son ricos en féculas y son la principal fuente de hidratos de carbono. Los alimentos ricos en féculas sacian más que los que contienen una elevada concentración de grasas. El azúcar también aporta hidratos de carbono, pero no contiene fibra ni ningún otro nutriente útil.
- Fibra: Es básica en una dieta saludable. Podemos distinguir entre fibra soluble e insoluble. La fibra soluble se encuentra en las verduras, frutas, legumbres y frutos secos, mientras que la fibra insoluble se encuentra en los cereales y granos no refinados. La fibra insoluble acelera el tránsito intestinal y ayuda a prevenir el estreñimiento.
- Proteínas: Nuestro cuerpo necesita entre un 10 y un 15% de proteínas cada día. Participan en la formación y reparación de las células y también contribuyen a la producción de hormonas y enzimas. Los alimentos nos aportan los aminoácidos esenciales que son los ingredientes imprescindibles para la formación de las proteínas. Se encuentran en cualquier alimento de origen animal: carne, pescado, marisco, leche y huevos. Algunos vegetales como frutos secos, legumbres y cereales también nos aportan una amplia variedad de aminoácidos.
- Vitaminas y minerales: Nuestro organismo necesita un 10% de vitaminas y sales minerales procedentes de la alimentación diaria. Se encuentran en todos los alimentos pero predominan en las frutas, verduras y hortalizas frescas.
- Grasas: Sin las gasas nuestro organismo no sería capaz de absorber las vitaminas A, D, K y E. Existen dos tipos de ácidos grasos: saturados e insaturados. Las grasas animales aportan más ácidos grasos saturados, factor de riesgo en las enfermedades cardivasculares  y en ciertos tipos de cáncer. Las grasas vegetales aportan más ácidos grasos insaturados que tienen un efecto de protección del sistema cardiovascular.

RECOMENDACIONES
Hidratos de carbono y fibra:
   - Disminuir el consumo de azúcar
   - Aumentar el consumo de pan, patatas, legumbres, arroz y cereales integrales.
Proteínas: 
   - Consumo moderado de carne y sus derivados
   - No abusar del consumo de leche y derivados que son ricos en grasas.
Vitaminas y minerales:
   - Disminuir el consumo de sal en las comidas
   - Aumentar el consumo de frutas y verduras crudas
   - Evitar el consumo de tabaco y de alcohol que aumentan la necesidad de vitaminas
   - Se pueden aportar suplementos de vitaminas.
Grasas:
   - Moderar el consumo de grasas
   - Sustituir las grasas de origen animal por las de origen vegetal
   - Utilizar para cocinar aceite de oliva, constituido por ácidos grasos monoinsaturados
   - Evitar el consumo de margarinas, grasas vegetales tratadas de forma industrial
  - El aceite de girasol, el aceite de onagra y la lecitina de soja son fuentes de ácidos grasos poliinsaturados.

Forma de preparación de los alimentos: 
No cortar la fruta, las verduras ni las hortalizas hasta poco antes de la cocción, puesto que el aire, la luz y el calor hace que pierdan nutrientes a causa de la oxidación.
- La conservación de los alimentos triturados tampoco es aconsejable desde el punto de vista de la nutrición. Este proceso hace que se libere un enzima que destruye la vitamina C. Una forma de paliar este efecto es añadir a los alimentos triturados zumo de limón o de naranja y taparlos herméticamente para evitar el contacto con el aire y la luz.
- La cocción elimina buena parte de los nutrientes de frutas, verduras y hortalizas. Procurar limitar al máximo la duración del proceso. Dejar que el agua hierva antes de añadir los alimentos y tapar la cazuela para evitar la salida de vapor.
- Una manera de aprovechar los nutrientes que se pierden es recuperar el agua de cocción en caldos.
- Es preferible no salar el agua de cocción, ya que la sal facilita que los alimentos pierdan líquido y nutrientes.
- Cocinar en cazuelas de fondo antiadherente, necesitan menos aceite para la cocción.

Tener en cuenta:
- Nutrición adecuada:
1.  Mantener el peso dentro de los niveles aceptados según su altura y anatomía.
2.  Evitar el sobrepeso, sobre todo en pacientes con dificultades al andar.
- Evitar el estreñimiento:
  1.   Ingesta de líquidos adecuada
 2. Tomar salvado integral, frutas y verduras cocidas, pan integral y zumo de ciruelas pasas.
- Evitar infecciones del tracto urinario: se recomienda aumentar la acidez de la orina, ya que disminuye el riesgo de infección. El zumo de arándanos y ciruelas pasas favorece esta acidez, mientras que el zumo de tomate, pomelo o naranja tiene el efecto inverso, alcaliniza la orina y se deben tomar en cantidades reducidas.
- Disminuir el consumo de azúcar y de productos azucarados.
- Rehabilitar el consumo de pan, patatas, legumbres secas, arroz y mezclas de cereales ya que son fuente de energía, vitaminas, minerales y fibras.



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