miércoles, 26 de agosto de 2015

Calidad de vida en los pacientes con Esclerosis Múltiple

La EM es una enfermedad inflamatoria de la sustancia blanca del SNC de causa desconocida, que afecta a personas jóvenes y cuyo pronóstico individual es incierto; todo ello conlleva un alto índice de estrés emocional para muchos pacientes, bien al inicio o bien a lo largo de su evolución. Esta incertidumbre es especialmente problemática porque la enfermedad suele iniciarse en etapas de la vida, en las que las espectativas de vida familiar, profesional y/o aficiones pueden verse afectadas.
En la mayoría de los pacientes, la EM cursa en dos fases. En la primera aparecen síntomas intermitentes que suelen resolverse sin secuelas, durante esta fase suelen requerir preferentemente asistencia médica. Posteriormente, aparece una segunda fase en la que muchos pacientes empiezan a padecer secuelas tras los síntomas derivados de las lesiones, en la cual aparecen disfunciones motoras, sensitivas, autonómicas y psíquicas que suponen una restricción para las actividades de la vida diaria. 
 
Autora: María Vilà


Calidad de vida puede definirse como la percepción por parte del paciente del impacto que la enfermedad ha supuesto en la merma de su vida diaria. Suelen incluirse en su valoración los aspectos físicos, funcionales, sociales y psicológicos, entre otros.

La calidad de vida es una percepción subjetiva, por lo que, se pone de manifiesto que la enfermedad o una misma circunstancia es percibida de forma distinta por diferentes personas, posiblemente condicionado por diversos aspectos de nuestras vidas.
La percepción subjetiva o impacto emocional de la enfermedad y los problemas que conlleva produce trastornos en el 75-80% de los casos.
La incapacidad física condiciona los problemas laborales, las relaciones sociales y la dependencia familiar.
Los estudios referentes al problema laboral en la EM han interesado a diversos autores. La situación laboral se ha estudiado de diferente forma por distintos grupos y varia dependiendo del tipo de pacientes analizados y/o el diferente tiempo de observación o seguimiento. Los problemas laborales se correlacionan con las formas progresivas, mayor tiempo de evolución de la enfermedad y con el grado de discapacidad. Algunos estudios refieren que los trastornos cognitivos, la fatiga o los trastornos de esfínteres son causas de desempleo laboral.
          
Las alteraciones del estado emocional en la EM son frecuentes en el momento del diagnóstico por la incertidumbre del futuro y posteriormente por la discapacidad, del mismo  modo que otros trastornos subjetivos como el dolor o la fatiga son percibidos por los pacientes de forma diferente que los aspectos físicos, los cuales son evaluados más fácilmente por los profesionales sanitarios y, por ello no se correlacionan con el grado de discapacidad física. La depresión tiene gran influencia en la percepción de la calidad de vida. La enfermedad, el desempleo, la dependencia familiar y la interferencia con las actividades sociales inducen una disrupción del estilo de vida previo, que implica a varias actividades e intereses de los pacientes y familiares y que, posiblemente, contribuye a los trastornos emocionales.

Cualquier tratamiento que disminuya la actividad o retarde la progresión de la enfermedad y mejore la dimensión física, social y emocional paliará algunos aspectos de la calidad de vida. El conocimiento y el tratamiento de estos problemas en la población con EM deben tenerse en consideración en la práctica clínica y en la planificación de los recursos sanitarios, de ahí el interés de los equipos multidisciplinarios.

Bibliografia:
M.E. Hincapié-Zapata, J.C. Suárez-Escudero, R. Pineda-Tamayo, J.M. Anaya. Calidad de vida en esclerosis múltiple y otras enfermedades crónicas autoinmunes y no autoinmunes  REV NEUROL 2009; 48 (5): 225-230
- Olascoaga J. Calidad de vida y esclerosis múltiple. Rev Neurol 2010; 51: 279-88.

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